jueves, 14 de diciembre de 2017

LA EDAD MODERNA

LA EDAD MODERNA


Fue un momento de grandes e importantes cambios para el ser humano que dejaba atrás la extensa Edad Media

1. Introducción:


2. ¿Quién gobernó?




4. Esquema general.



5. Clasificación de la sociedad.





1.- ESPAÑA EN LA EDAD MODERNA

1.1.- UNIFICACIÓN TERRITORIAL

El matrimonio en 1469 entre Fernando de Aragón e Isabel de Castilla supone el inicio de un nuevo periodo en la historia de Es­paña, caracterizado por la creación del Estado moderno y el afianzamiento del poder real.

Durante el reinado de los Reyes Católicos se asiste a la uni­ficación bajo una misma corona de tres de los cuatro reinos cristianos de la península Ibérica y del reino islámico de Grana­da. Este proceso se efectúa en las siguientes etapas:

•  Unión dinástica entre Castilla y Aragón. Aunque cada rei­no conservó sus propias instituciones, Castilla y Aragón te­nían los mismos monarcas. Castilla ocupó una posición hege­mónica gracias a ser el reino más poblado y rico.
•  La conquista de Granada. Se llevó a cabo en una larga gue­rra desarrollada entre 1483 y 1492.
•  La conquista de Navarra. El rey Fernando efectuó la ane­xión en 1512.
•  Política de acercamiento a Portugal, en busca de una unión dinástica similar a la llevada entre Aragón y Castilla.
•  Política exterior expansionista: ocupación de las islas Ca­narias finalizada en 1496; inicio de la conquista de América; conquista de plazas en el norte de Africa (Orán, Tánger, Bujía, Melilla). En Europa se conquista el reino de Nápoles para la corona de Aragón y comienza el enfrentamiento con Francia.

Los Reyes Católicos transformaron los estados feudales en un Es­tado moderno controlado por una monarquía autoritaria. Los re­yes concentraron en sus manos el poder estatal.

La nobleza y el clero conservaron el poder económico y el presti­gio social, ocupando altos cargos militares y administrativos, pe­ro siempre sometidos al control real y perdiendo la autonomía y poder político de la época feudal.
Para el buen funcionamiento del Estado crearon una burocracia bien organizada, con funcionarios eficientes que ayudaron a los monarcas en el control ygobierno de sus territorios. Se crean los Consejos integrados por un grupo de consejeros y secretarios que asesoraban a los monarcas en su gobierno. Entre éstos desta­can el Real o de Castilla,  el de Aragón, el de Indias, el de Hacien­da y el de la Inquisición. Otras instituciones eran las Chancillerías, encargadas de la ad­ministración de justicia, la Santa Hermandad, grupos armados pagados por los ayuntamientos encargados de mantener la segu­ridad en las ciudades y los caminos, un ejército permanente, pagado por el Estado y dependiente del poder real.

1.2.- EL IMPERIO DE CARLOS I

Con Carlos I llega a España una nueva dinastía en 1517, la Casa de Austria. El nieto de los Reyes Católicos va a acumular una enorme cantidad de territorios, al reunirse en su persona la he­rencia de cuatro de las principales monarquías europeas: Castilla, Aragón, Borgoña y Austria. Estos territorios irán ampliándose gracias a la conquista de los nuevos territorios americanos y el peso del rey en Europa crecerá cuando acceda a la corona impe­rial alemana convirtiéndose en el emperador Carlos V en 1519.

Este conjunto de territorios se organizaron políticamente siguiendo el esquema federal puesto en práctica por los Reyes Católicos. A estos Estados, alejados entre sí no sólo espa­cialmente, sino también por sus idiomas y costumbres, sólo les unía tener un mismo rey. Aunque se respetaron las leyes e insti­tuciones de cada territorio, en los que el poder real estaba repre­sentado por un virrey o regente, existe una clara tendencia al for­talecimiento de la monarquía autoritaria.

El reino de Castilla era el más rico y uniforme de los territorios y pronto se convirtió en el centro del Imperio. Era el lugar donde el rey podía hacer gala de un mayor poder, que le permitía recau­dar las cuantiosas sumas que necesitaba para su política imperial. En Castilla el movimiento comunero intentó defender las liber­tades de las ciudades castellanas frente al poder real, pero fue so­focado con rapidez.
En el reino de Aragón hubo un movimiento paralelo en Valen­cia y Mallorca, conocido con el nombre de Germanías.

La idea del emperador era crear un gran imperio católico europeo reconocido por todos los soberanos, en el que él fuese la cabeza política y militar y el Papa la guía espiritual. Los principa­les opositores para la consecución de su objetivo fueron:

•  Francia, que veía cómo quedaba cercada por los territorios del emperador Carlos.

•  La oposición de los príncipes alemanes, que no aceptaban que el poder imperial recortase su independencia y autoridad, razón por la que adoptaron con rapidez la reforma religiosa predicada por Lutero.

•  Los recelos del Papado, que veía disminuidos tanto su poder religioso como el político.

•  El avance del Imperio otomano, que había reunificado de nuevo el Islam imponiendo su dominio en el Mediterráneo oriental y avanzando sus conquistas por los Balcanes.

1.3.- EL REINADO DE FELIPE II

En 1556, Carlos V abdicó y dividió sus territorios en dos: a su hermano Fernando le dio Austria y el título imperial; a su hijo Felipe, los reinos hispanos, los territorios italianos y americanos a ellos ligados, los Países Bajos y el Franco Condado.

Felipe II abandonó la idea de imperio universal de su padre para sustituirla por la de un imperio hispánico hegemónico en Eu­ropa y con una vertiente colonial por América y Asia cada vez más importante. Castilla será la pieza fundamental, y Madrid se convierte en 1561 en la capital del Imperio. El rey asume personalmente un poder cada vez más amplio, y para ejercerlo se ayuda de un sistema burocrático bien desarrollado, donde los consejos y secretarios reales ocupan un importante papel.

En 1580 unifica la Península al heredar el reino de Portugal y sus colonias de África, Asia y América.

Los cien años de hegemonía española basada en una activa parti­cipación en la política europea supusieron un continuo desgaste económico y demográfico que recaía sobre todos los reinos hispa­nos, pero especialmente sobre Castilla. En los últimos años del reinado de Felipe II el agotamiento era patente, como demuestran las sucesivas bancarrotas de la corona, y anuncia la profunda crisis del siglo XVII.

1.4.- LA DECADENCIA POLÍTICA

Durante el siglo XVII se suceden en el trono español Felipe III (1598-1621), Felipe IV (1621-1665) y Carlos II(1665-1700), que fueron testigos de la crisis del Imperio de los Austrias. Estos mo­narcas abandonan la fórmula personal de ejercer la autoridad real practicada por Felipe II y empiezan a delegar muchas respon­sabilidades de gobierno en manos de validos, personas, general­mente nobles, de la confianza del monarca y que son los que realmente ejercían el poder. Las figuras más relevantes fueron el duque de Lerma durante el reinado de Felipe III y el conde duque de Olivares durante el de Felipe IV.

Cuando el conde duque de Olivares pretendió recortar las leyes particulares de cada reino en busca de una mayor centralización que facilitara la tarea de gobierno y la recaudación de impuestos, va a chocar con la sublevación de Cataluña de 1640 y la inde­pendencia de Portugal.

Si durante el reinado de Felipe III se llevó a cabo una política pa­cifista, en el de Felipe IV, el conde duque de Olivares pretendió restablecer la pasada gloria española en el continente participan­do activamente en la guerra de los Treinta Años, que finalizó con la Paz de Westfalia y la de los Pirineos, que reconocía el pa­pel hegemónico de la Francia de Luis XIV en Europa.

La muerte de Carlos II sin descendencia supuso un cambio dinás­tico en España, que a partir de entonces estaría gobernada por la Casa de Borbón.

1.5.- LOS BORBONES

El siglo XVIII se caracterizó por importantes cambios tanto a nivel político como ideológico y de costumbres que llegaron a España procedentes de Europa. El signo visible del cambio es la llegada de una nueva dinastía procedente de Francia, los Borbones.

El reinado del primer Borbón español, Felipe V (1700-1746), se inició con la guerra de Sucesión a la Corona de España (1701-1713). Esta guerra fue una contienda europea, pero tam­bién una guerra civil, pues Castilla apoyó a Felipe de Anjou, mientras que Aragón apoyó al archiduque Carlos. La guerra fina­lizó con el Tratado de Utrecht, por el que se reconocía a Felipe rey de España, pero, como contrapartida, España perdía todos sus territorios europeos y Gran Bretaña ocupaba Menorca y Gibral­tar, aunque se conservaba el imperio colonial americano.

La política española durante el siglo XVIII es la uniformidad ins­titucional llevada a cabo por los Borbones siguiendo el modelo unificador y centralista francés. A la Corona de Aragón se le im­puso la legislación y la lengua castellana.

En el fondo de las reformas políticas está el fortalecimiento del poder real, al concentrar en sus manos todos los poderes (legis­lativo, ejecutivo y judicial) sin ninguna limitación.

El Estado toma una forma centralista, fortaleciendo el papel de Madrid como capital y olvidando la antigua división territorial en reinos para imponer una nueva en provincias al frente de las cuales se situaba un capitán general, que asumía funciones admi­nistrativas y políticas además de las militares.

Otra novedad es la creación de la figura de los intendentes con funciones económicas y las audiencias que administraban justi­cia. Los antiguos consejos se sustituyen por ministros y se re­organiza el sistema fiscal en busca de una mayor eficacia.

A Felipe V  le sucedió en el trono su hijo Fernando VI (1746-1759), y a éste, que murió sin descendencia, su hermano Carlos III (1759-1788), que introdujo en España el despotismo ilustrado que imperaba en la Europa de su época. Este sistema suponía la colaboración de las nuevas ideas de la ilustración con el absolu­tismo monárquico. Se iniciaron políticas económicas y sociales reformistas, como las llevadas a cabo en la agricultura, educación o en el campo religioso.

El último monarca Borbón del siglo XVIII, Carlos IV (1788-1808), inició su reinado siguiendo el camino ilustrado de su padre, pero el estallido de la Revolución Francesa cambió el rumbo de su rei­nado poniendo fin a los procesos reformistas.

Bibliografía:

https://es.wikipedia.org/wiki/Edad_Moderna
http://www.historialuniversal.com/2010/08/edad-moderna.html
https://historiaybiografias.com/edad_moderna/

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